sábado, 4 de diciembre de 2010

¿ESTÁ DIOS INTERESADO EN MI?










Por: Gladys Raquel Hernández



Lo más propicio sería comenzar a responder esta pregunta con las siguientes citas bíblicas:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a Su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El” (Juan 3:16-17).

Creo que estos conceptos son más que claros y suficientes para demostrar que Dios está interesado en la humanidad y que la ama.
Dios nos ama y nos ha creado para que tengamos una relación de amor en El.

Jesús dijo:

“Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

Pero resulta que la humanidad creada es pecadora y el pecado que mora dentro de todos nosotros nos ha separado de Dios. A partir de la desobediencia del hombre y la mujer en el Huerto de Edén, se ha roto la relación que existía entre ellos y Dios (Génesis 3:24).

Veamos las citas bíblicas que fundamentan estos conceptos:

“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, perdonándoos todos los pecados” (Colosenses 2:13).

La consecuencia del pecado es la separación de Dios: la muerte espiritual. Es decir, el individuo se encuentra totalmente perdido. Un gran abismo separa al hombre de Dios.
Jesucristo, el Mesías prometido, el Hijo del Dios Vivo es la única solución para el pecado del hombre. Sólo a través de El se puede tener una relación de amor personal con Dios, pues El es el mediador entre Dios y los hombres; es el mediador del nuevo pacto.

Veamos las siguientes citas bíblicas:

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a Sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo” (1º Timoteo 2:5-6).
“A Jesús el Mediador del Nuevo Pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24).

El apóstol Pablo señala:

“Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

“Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día, conforme a las escrituras; y apareció a Cefas y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez; después a Jacobo, a todos los apóstoles; y al último de todos, como un abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1º Corintios 15:3-10).

Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

Jesús murió en nuestro lugar a pesar de haber sido el único justo de la historia y quien nunca cometió pecado alguno, pues siempre tuvo una perfecta relación de amor con Dios: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30).

Veamos que interesante y vívida narración descriptiva hace el profeta Isaías que escribió acerca de Jesús muchos años antes de Su nacimiento:

“Ciertamente llevó El nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Y por Su llaga fuimos nosotros curados; todos nos descarriamos como ovejas, cada cual por su camino. Angustiado El y afligido, no abrió Su boca; como cordero fue llevado al matadero; enmudeció y no abrió Su boca; El nunca hizo maldad, ni hubo engaño en Su boca. A pesar de esto, Dios quiso quebrantarlo y hacerlo padecer y poner Su vida en expiación por el pecado” (Isaías 53:4-10).

Jesús fue desde siempre. Ya el libro de Génesis, primer libro de la Biblia señala: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26). Esto implica que el Dios trino (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo) actuaron en forma conjunta desde siempre como una única unidad divina que se manifiesta de tres formas distintas, aunque nuestra mente humana no lo pueda comprender bien y no se pueda explicar desde el punto de vista cronológico, ya que Jesús vino a la tierra hace un poco más de dos mil años.

Veamos que interesante cita bíblica:

“Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre” (Juan 16:28).

Para que podamos tener una relación en Dios debemos aceptar a Jesús como nuestro Señor y único Salvador. Se trata de una decisión personal, pues Dios nos ha dado el libre albedrío para decidir. Ningún ser querido, ningún familiar, ningún amigo puede interferir en nuestra relación en Dios una vez que hemos decidido tenerla y mantenernos firmes en ella. Dios no involucra a terceros en nuestra relación personal en El ni permitirá que nadie interfiera en la misma, ya que El trata a cada individuo que aceptó a Jesucristo como un tesoro especial, como si fuese Su único hijo.

Veamos las siguientes citas bíblicas:

“Y serán para mí especial tesoro, ha dicho el Señor Dios de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve” (Malaquías 3:17).
“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).

Podemos concluir con la siguiente cita bíblica: un mandato de Dios. Veamos:

“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:30-31).

Si Jesús ha pagado totalmente la deuda de nuestros pecados al morir en la cruz para poder reestablecer la relación en Dios que se había roto en el Huerto de Edén, podemos estar muy seguros y confiados de que El está muy interesado en nosotros y nos ama con amor eterno!!! (Jeremías 31:3).

AMEN!!!