martes, 21 de julio de 2009

La Música Como Instrumento De Alabanza












Por: Gladys Raquel Hernández



La música ha sido un elemento, un medio esencial y de vital importancia en la adoración a Dios que se ha venido llevando a cabo desde el Antiguo Testamento por el pueblo de Israel: el primer pueblo elegido por Dios, Su pueblo pionero y amado, para llevar las Buenas Nuevas de salvación por toda la tierra.

La música cristiana, a través de los distintos instrumentos musicales ejecutados de a uno, o varios a la vez, brindando una mayor armonía, es una forma de expresión, de comunicación, de manifestación de sentimientos, pensamientos y emociones bajo inspiración, por parte de quienes la ejecutan, acompañada también de inspiradas canciones, cánticos, salmos, himnos, poemas, poesías y alabanzas. Asimismo, la música cristiana es un canal de bendición para todo el pueblo de Dios, ya que la misma le permite entrar en Su presencia.

La Palabra de Dios establece que Dios se regocija a través de la alabanza de Su pueblo. Veamos estas citas bíblicas:

“Canta, Oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. El Señor ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; el Señor es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal. En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: no temas; Sion, no se debiliten tus manos. El Señor está en medio de ti, poderoso, El salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”. (Sofonías 3:14-17)
“Canta y alégrate, hija de Sion, porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho el Señor”. (Zacarías 2:10)

El pueblo de Dios canta la grandeza del Señor. Veamos las siguientes citas bíblicas:

“Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel”. (Isaías 12:6)
“Cantaré yo al Señor, porque se ha magnificado grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete. El Señor Dios es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios y lo alabaré; Dios de mi padre y lo enalteceré”. (Exodo 15:1-2)
“En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro”. (Isaías 26:1)
“Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo: por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load al Señor Dios”. (Jueces 5:1-2)

Cuando David hizo traer por medio de los levitas el arca del pacto a Jerusalén, hubo música y alegría. Veamos:

“Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría”. (1º Crónicas 15:16)

Como podemos apreciar a través de estos pasajes, cada vez que se ganó alguna batalla, cuando se recuperó algo, cuando se conquistó, se venció o se celebró la victoria, hubieron instrumentos musicales resonando y voces cantando.

Veamos esta descripción:

“Los cantores iban delante, los músicos detrás; en medio las doncellas con panderos”. (Salmo 68:25)

La combinación de instrumentos musicales y canciones es una ordenanza de Dios. Veamos:

“Entonad canción, y tañed el pandero, el arpa deliciosa y el salterio. Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne. Porque estatuto es de Israel, Ordenanza del Dios de Jacob”. (Salmo 81:2-4)

El pueblo de Israel combinaba instrumentos, voz y cánticos nuevos que venían por inspiración divina. Veamos:

“Aclamad al Señor Dios con arpa; cantadle con salterio y decacordio, cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo”. (Salmo 33:2-3 - Salmo 144:9)
“Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios”. (Salmo 40:3)

Los siguientes pasajes establecen que toda la tierra debe alabar y cantar al Señor con cánticos nuevos, con total alegría:

“Cantad alegres al Señor, toda la tierra; levantad la voz y aplaudid y cantad salmos” (Salmo 98:4)
Salmo 96:1-4 – Dios es digno de suprema alabanza!
Salmo 98:1, 100:1-2, 149:1 – Isaías 42:10 – 1º Crónicas 16:23-24

Podemos cantar salmos, himnos y cánticos espirituales con alegría:

“Cantad salmos al Señor con arpa; con arpa y voz de cántico” (Salmo 98:5)
“…. Cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”. (Colosenses 3:16)
“Al Señor cantaré en mi vida; a mi Dios cantaré salmos mientras viva”. (Salmo 104:33)
“Cantadle, cantadle salmos; hablad de todas Sus maravillas”. (Salmo 105:2)
“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos oían” (Hechos 16:25)

Existe alabanza y cánticos nuevos delante del trono de Dios:

“Y cantaban un cántico nuevo delante del trono” (Apocalipsis 14:3)

La Palabra de Dios establece que Dios da cánticos en la noche. (Job 35:10)

“Pero de día mandará el Señor Dios Su misericordia, y de noche Su cántico estará conmigo”. (Salmo 42:8)
“Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua”. (Isaías 30:29)
“Me acordaba de mis cánticos de noche; meditaba en mi corazón”. (Salmo 77:6)

A través de la alabanza, se llega a la presencia de Dios:

“Lleguemos ante Su Presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos”. (Salmo 95:2)

El pueblo de Israel cantaba y alababa en acción de gracias porque Dios es bueno. Veamos:

“Y cantaban, alabando y dando gracias al Señor, y diciendo: Porque El es bueno, porque para siempre es Su misericordia sobre Israel”. (Esdras 3:11)
“… Porque mi fortaleza y mi canción es el Señor Dios, quien ha sido salvación para mí”. (Isaías 12:2)

La Palabra de Dios enseña a cantar la justicia y la gloria de Dios:

“Cantará mi lengua tu justicia”. (Salmo 51:14)
“Cantad la gloria de Su nombre; poned gloria en Su alabanza”. (Salmo 66:2)

La Palabra usa términos exagerados para instarnos a alabar a Dios. Veamos:

“Regocíjense los santos por su gloria, y canten aun sobre sus camas, exalten a Dios con sus gargantas y espadas de dos filos en sus manos, para ejecutar venganza entre las naciones y castigo entre los pueblos”. (Salmo 149:5-7)

La Palabra establece que los muertos resucitarán y alabarán a Dios en el arrebatamiento:

“Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! Porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos”. (Isaías 26:19)

El pueblo de Israel cantaba por la redención de Jacob, que se hace extensiva a nuestra redención por medio de Cristo Jesús. Veamos:

“Cantad loores, oh cielos, porque el Señor lo hizo, gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque el Señor redimió a Jacob y en Israel será glorificado”. (Isaías 44:23)

Se puede alabar al Señor con el espíritu así como con el entendimiento:

“…Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”. (1º Corintios 14:15)
Se pueden cantar alabanzas con alegría:
“…¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”. (Santiago 5:13)

La Palabra establece que hasta las estrellas del cielo alaban a Dios. Veamos:

“¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?”. (Job 38:6-7)

La alabanza era acompañada de sacrificios ante Dios, en el Antiguo Testamento:

“… Acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa del Señor” (2º Crónicas 29:31)
“Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo”. (Salmo 50:14)

Otras citas bíblicas que se refieren a los sacrificios de alabanza son:

Exodo 15:2 – 1º Crónicas 16:8-9 y 29:13 - Nehemías 12:27 – Salmos 7:17; 9:1 - Salmo 30:12 – Salmos 42:5 y 11 y 43:4-5 - Salmo 50:23 – Salmo 57:9 - Salmo 65:1 – Salmo 67:3 y 5 - Salmo 69:30 – Salmo 71:22 - Salmo 79:13 – Salmos 92:1 y 95:2 – Salmos 96:6 y 99:3 – Salmos 100:4, 105:1, 106:1, 107:8-15-21-31, 111:1, 113:1, Salmos 116:17, 117:1, 118:21, 119:7-62-164 – Salmos 135:1 138:1 – Salmo 136:2 –Salmos 140:13, 145:3 – Salmo 146:1-2 - Salmo 147:7 y 12 – Isaías 38:19-20 – Jonás 2:9 – Sofonías 3:19-20 – Mateo 11:25, 21:16 - Lucas 10:21, 24:53 – Romanos 15:11 - 2º Corintios 8:18 - Efesios 5:19 - Hebreos 2:12 y 13:15 – Apocalipsis 5:13 y 19:5.

Los salmos 145, 146. 147, 148, 159 y 150, se refieren a la alabanza por la bondad y el poder de Dios, por Su justicia, por el favor de Dios hacia Jerusalén, a la exhortación a la creación para que alabe al Señor Dios, a la exhortación a Israel para que alabe al Señor Dios y a la exhortación a alabar a Dios con instrumentos de música, terminando el Salmo 150 con un llamado de atención universal. Veamos:

“Todo lo que respira alabe al Señor, Aleluya!”. (Salmo 150:6)

La adoración a Dios es más que cantar, más que la combinación de notas musicales, más que una canción, un salmo o un himno…. Es una entrega del corazón a Dios e implica meditación, temor a Dios, servicio y algunas veces, un cierto silencio delante del Señor. Veamos:

“Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros”. (Génesis 22:5)
“Entonces, Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró”. (Exodo 34:8)
“Se acordarán, y se volverán al Señor Dios todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti”. (Salmo 22:27)
“Adorad al Señor en la hermosura de la santidad. Temed delante de El, toda la tierra”. (Salmo 96:9)

Otras citas bíblicas que se refieren a la adoración a Dios son:

1º Samuel 1:3 - Nehemías 9:6 - Salmo 5:7 – Salmo 29:2 – Salmo 66:4 - Salmo 86:9 - Salmo 95:6 - Isaías 27:13 - Isaías 66:23 – Zacarías 14:17 – Mateo 2:2 – Mateo 4:10 - Mateo 28:17 – Juan 4:20, 22 y 24 – Juan 9:38 – Juan 12:20 – Hechos 8:27 – Hechos 10:25 – Hechos 17:23 – 1º Corintios 14:25 – Hebreos 1:6 – Apocalipsis 4:10 – Apocalipsis 14:7 – Apocalipsis 15:4 – Apocalipsis 19:4 y 10 – Apocalipsis 22:8

La alabanza y la adoración implican engrandecimiento, exaltación, glorificación, agradecimiento, honra, magnificencia y servicio a nuestro Dios Creador y Padre Celestial.

“Al Unico y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén!” (Romanos 16:27)