miércoles, 24 de septiembre de 2008

¿Qué Promete Dios A La Humanidad Pecadora...?


¿QUÉ PROMETE DIOS A LA HUMANIDAD PECADORA EN SU PALABRA?


Por: Gladys Raquel Hernández







Existen muchísimas promesas por parte de Dios para la humanidad pecadora conforme lo establecido en las Sagradas Escrituras. La promesa más importante y maravillosa para nosotros es la vida eterna y la posterior resurrección de nuestros cuerpos a imagen y semejanza de Dios.

Veamos las siguientes citas bíblicas:
“Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en El, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:40).
“En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1º Corintios 15:52-53).

Jesús nos dice que a pesar de nuestras aflicciones en el mundo, debemos confiar en El pues El ha vencido al mundo (Juan 16:33).
Jesús nos prometió que el Espíritu Santo, el consolador estaría con nosotros todos los días de nuestra vida (Juan 14:16-18 – Lucas 24:49).
Jesús nos prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo acompañándonos (Mateo 28:20).

El nos dice:
“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca halla y al que llama se le abrirá” (Mateo 7:7-8).

Jesús nos sugiere buscar primero el Reino de Dios y que todo lo que necesitamos o deseamos vendrá por añadidura (Mateo 6:33).
Jesús nos dice que todo lo que atemos en la tierra será atado en el cielo y todo lo que desatemos en la tierra será desatado en el cielo (Mateo 18:18).
“Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo” (Juan 12:46-47).

El Señor dice:
“Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).

Veamos las siguientes citas bíblicas de promesas referentes a peticiones:
“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13-14).
“Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20).
“Y todo lo que pidiereis en oración, CREYENDO, lo recibiréis” (Mateo 21:22).

Asimismo, existen más citas bíblicas que nos prometen que si pedimos con fe, nos serán concedidas las peticiones de nuestro corazón: (Lucas 11:9 – Marcos 11:24 – Juan 15:7 y 16:24 – Efesios 3:20 y 1º Juan 5:14).

Cuando hayamos pecado y nos sintamos culpables, ésta es la promesa de Dios: “Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1º Juan 1:9).
Si tenemos que tomar una decisión, ésta es la promesa: “Y si alguno de nosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada” (Santiago 1:5-6).
Si somos tentados, ésta es la promesa: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación, la salida, para que podáis soportar” (1º Corintios 10:13).
Si sufrimos y nos sentimos derrotados, ésta es la promesa: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados” (Romanos 8:28).
Si estamos abatidos, ésta es la promesa: “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
Si estamos con dudas acerca de quien es Dios, ésta es la promesa: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. El, de Su voluntad, nos hizo nacer por la Palabra de verdad, para que seamos primicias de Sus criaturas” (Santiago 1:17-18).
Si necesitamos un amigo, ésta es la promesa: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Cuando estemos con problemas económicos o atribulados, ésta es la promesa: “Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
Cuando queramos dejar todo, ésta es la promesa: “Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20).
Cuando nos vaya mal y perdamos la confianza, ésta es la promesa: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (Hebreos 10:35-36).
Cuando nos sintamos ansiosos, ésta es la promesa: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
Cuando nos sintamos apenados, tristes o solos, ésta es la promesa: “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da” (Juan 14:26-27).
Cuando nos sintamos cansados, ésta es la promesa: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”(Mateo 11:28-30).

Como hemos podido apreciar a través de estas citas bíblicas, Dios es bueno y permanece fiel por siempre!!! (Salmo 107:1 – Salmo 117:2)

AMEN!!!

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